Mujeres en el deporte: Rachel Finlay

Con tres empleos a tiempo completo en el deporte, Rachel Finlay no es ajena al trabajo duro. Nos habla de las barreras para entrar en la industria del rendimiento deportivo, de su experiencia en la Copa del Mundo Femenina Sub-17 y aborda qué se puede hacer para igualar las condiciones de género en la ciencia del deporte.  

Rachel Finlay es la científica deportiva y entrenadora de fuerza y condición física del Tasman Unitedque compite en la máxima categoría del fútbol neozelandés, donde es responsable del control del rendimiento por GPS, de las pruebas y de la fuerza y el acondicionamiento. Este año, Rachel compaginará su trabajo en el Tasman con el rendimiento deportivo en el North Wellington FC. Además de estas funciones, Rachel también posee y dirige un pequeño gimnasio de alto rendimiento.

Un pie en la puerta

Cuando se licenció en Ciencias del Deporte, Rachel habla con franqueza de lo difícil que era conseguir un trabajo en el sector: "Todo el mundo tiene el gran sueño y la idea de que va a entrar directamente a trabajar en un equipo deportivo profesional, pero en realidad no hay ningún puesto de ese tipo, sobre todo en Nueva Zelanda o Australia. Incluso las prácticas son difíciles de conseguir, y normalmente lo que te permite poner un pie en la puerta es a quién conoces".

En cuanto a otros obstáculos, Rachel opina que en Nueva Zelanda hay pocas oportunidades de hacer prácticas o incluso de trabajar como voluntaria. Además, "los que desempeñan funciones de S&C/ciencias del deporte tienen miedo de compartir sus conocimientos, por si llega alguien nuevo y les quita el puesto". Consciente de ello, Rachel ha pasado los últimos 18 meses aprendiendo todo lo que ha podido en el sector de las ciencias del deporte.

Éxito mundial

La variedad de los trabajos actuales de Rachel no llegó sin un duro trabajo. Trabajó como entrenadora personal durante ocho años, haciendo en silencio trabajo voluntario de S&C para el rugby y el fútbol de la liga local. En 2018, tuvo su oportunidad, llevando al equipo de fútbol femenino de Nueva Zelanda a la Copa Mundial Femenina Sub17 de la FIFA como su científica deportiva principal, donde el equipo se llevó las medallas de bronce. 

Destaca que "la experiencia de la Copa del Mundo cimentó de verdad mi interés por el deporte y los datos, sobre todo por poder hacerlo en el deporte que tanto me gusta". Aunque el papel era limitado -no se utilizaban GPS ni tecnologías similares-, Rachel tuvo la oportunidad de charlar con otros científicos y equipos deportivos, asumir más tareas de las que su puesto requería y, como resultado, el papel le abrió puertas. 

Al calificar el torneo como uno de los momentos culminantes de su carrera, Rachel lamenta lo interesante que fue ver las comparaciones entre los recursos de los distintos países. "Me sentí aún más orgullosa de que nuestras chicas quedaran terceras, cuando teníamos una plantilla bastante más reducida, y las chicas sólo habían hecho tres o cuatro concentraciones juntas en el año anterior al torneo".

Igualdad de condiciones

Por lo que Rachel sabe, es la única mujer que desempeña un cargo en el ámbito de la ciencia y el deporte en la máxima categoría del fútbol neozelandés, lo que hace que resulte aún más impresionante haber conseguido el puesto de jefa de ciencia deportiva en el Tasman United. "Ser capaz de trabajar con hombres testarudos, y futbolistas además, con una plantilla compuesta exclusivamente por hombres, llamar su atención y conseguir su aprobación es un logro del que me siento muy orgullosa".

Cuando se le pregunta qué se puede hacer para igualar las condiciones de género en las funciones de rendimiento deportivo, Rachel afirma que la concienciación es clave. "Mostrar a las mujeres en funciones de ciencias del deporte y rendimiento deportivo, y hacer que otras estudiantes sean conscientes visualmente de que se puede conseguir, es lo que aumentará el porcentaje de mujeres practicantes".

Apertura e inclusión

Subraya que no hay escasez de puestos de trabajo en el sector, sino que se trata de "concienciar a los equipos y al personal técnico del valor de las ciencias del deporte y hacer hincapié en la importancia de invertir en el rendimiento deportivo a todos los niveles". A su vez, afirma, "permitirá que más profesionales del rendimiento deportivo se incorporen al sector y cobren realmente por su trabajo".

Según Rachel, lo más importante para que las mujeres entren en la industria de las ciencias del deporte y el rendimiento es darles la oportunidad de sumergirse en ella. Nos deja con unas palabras importantes: "La apertura, la inclusión y el intercambio de conocimientos no sólo ayudarán a quienes quieran entrar en el sector, sino que contribuirán a elevar el nivel dentro del propio sector".

Lea nuestros perfiles anteriores de Mujeres en el Deporte:

Hannah Jowitt, Analista de Caminos Internacionales, BCE

Kate Starre, Directora de Alto Rendimiento, Fremantle Dockers AFLW

Tahleya Eggers, científico deportivo, Parramatta Eels

Shona Halson, Profesora Asociada, Universidad Católica Australiana

Cheryl Cox, entrenadora de rendimiento deportivo, Universidad de California-Berkeley

Naomi Datson, profesora titular de Análisis del Rendimiento Deportivo, Universidad de Chichester

Alivia del Basso, entrenadora de fuerza y acondicionamiento, West Coast Eagles

Michelle Truncali, entrenadora asistente de fuerza y acondicionamiento, Universidad de Notre Dame

Tania Gallo, Jefa Científica Deportiva, North Melbourne FC

Alice Sweeting, Investigadora, Western Bulldogs

Júlia Vergueiro, Presidenta, Pelado Real Futebol Clube

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