Fundamentos de Catapult: uso de carga interna y externa para responder preguntas de rendimiento

Al presentarle la ciencia detrás de nuestra tecnología, la serie Fundamentos de Catapult explica los conceptos y principios de la ciencia del deporte y analiza las formas en que se pueden usar los sistemas de monitoreo de atletas para mejorar el rendimiento del jugador.

Un programa de entrenamiento bien diseñado expondrá a los atletas a una variedad de tensiones, todas las cuales inducirán fatiga y adaptaciones a esa tensión en diferentes grados. Sin una medida objetiva del estrés que se le impone al atleta, o su respuesta a ese estrés, los entrenadores y los científicos del deporte no pueden cuantificar la verdadera efectividad de sus intervenciones.

Las consecuencias de no medir correctamente esas cargas pueden ser una sobrecarga o una sobrecarga de los atletas, lo que puede provocar lesiones o enfermedades, lo que contribuye a niveles de rendimiento subóptimos. Entonces, ¿cómo pueden los practicantes medir la carga que se les impone a sus atletas? Más importante aún, ¿cómo pueden usar la información para obtener conocimientos significativos que ayuden a abordar las preguntas de desempeño y respalden el trabajo del cuerpo técnico?

MEDICIÓN DE CARGA EXTERNA E INTERNA

En un nivel básico, la carga externa se puede caracterizar como la suma del trabajo realizado por un atleta durante un ejercicio, sesión o período de entrenamiento en particular. En cuanto a las tecnologías de Catapult, las medidas que consideramos locomotoras (p. ej., distancia recorrida, velocidad media, número de sprints, etc.) y mecánicas (p. ej., PlayerLoad) son todas medidas de carga externa.

La carga externa puede ser más fácilmente observable para los practicantes, pero es la carga interna (las tensiones cardiovasculares y metabólicas que se le imponen a un atleta durante una sesión de trabajo) la que determina el resultado general y la subsiguiente adaptación de un atleta a esa tensión. En última instancia, la mayoría de los equipos observarán la relación entre las métricas de carga interna y externa para medir la eficiencia del atleta, algo que puede arrojar luz sobre el estado de preparación o fatiga de un individuo. De manera similar, la relación entre las tensiones mecánicas experimentadas por el cuerpo y la distancia recorrida puede arrojar luz sobre los niveles de fatiga de los atletas.

RESPONDIENDO PREGUNTAS DE RENDIMIENTO

Al interpretar los datos relacionados con la carga de los atletas, los científicos del deporte suelen hacer dos preguntas:

  1. ¿Cuánto trabajo han realizado mis atletas?
  2. ¿Qué tan duro han trabajado mis atletas?

Estas pueden sonar como preguntas similares, pero hay diferencias clave. En esencia, el practicante quiere saber cuál fue el volumen y la intensidad de una sesión dada. Abordar estas preguntas es fundamental para el propósito de todos los sistemas de seguimiento de atletas, independientemente del presupuesto o la complejidad de la organización.

La siguiente tabla describe tres niveles de sistemas de seguimiento de atletas para medir el volumen y la intensidad:

Niveles de seguimiento de atletas

El seguimiento de la intensidad de las sesiones en el Nivel 1 se realiza mediante una métrica denominada RPE de sesión. RPE significa Clasificación de esfuerzo percibido y requiere una evaluación subjetiva del atleta de qué tan duro fue cada ejercicio o sesión en una escala del 1 al 10.

En el Nivel 2, se introduce un método para cuantificar el volumen de entrenamiento interno. El esfuerzo de frecuencia cardíaca (a veces conocido como Impulso de entrenamiento) descompone la frecuencia cardíaca del atleta en una serie de bandas proporcionalmente relacionadas con la frecuencia cardíaca máxima de un individuo. El valor del factor aumenta con el aumento de la demanda cardiovascular, y luego se aplica un factor multiplicador para el tiempo pasado en cada zona de frecuencia cardíaca.

Como era de esperar, el nivel de complejidad del seguimiento de los atletas crece con la sofisticación de la tecnología disponible. El trabajo del profesional también se vuelve más complejo, ya que debe asegurarse de que la información se transmita al cuerpo técnico de una manera fácilmente digerible.

En un entorno donde existe una tecnología de monitoreo sofisticada, un buen punto de partida es relacionar las métricas con el trabajo que un atleta suele hacer en un partido y luego informar los datos de entrenamiento en relación con los equivalentes del partido. Por ejemplo, una sesión de entrenamiento reportada como 60:80 para volumen:intensidad significaría que el atleta ha realizado 60% del trabajo que haría en un partido, con una intensidad de entrenamiento promedio de 80% de un partido. En términos de destilación de datos de carga internos y externos en información procesable, este es un buen punto de partida como cualquier otro.

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